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Mandalas y relajación

Los mandalas se han utilizado desde los principios de la humanidad. Tienen su origen en la India, en la cultura budista e hinduista, aunque no tardaron en extenderse por todo el planeta.

Son representaciones simbólicas y arquetípicas, espirituales y rituales del macrocosmos y el microcosmos. La palabra mándala proviene del sánscrito y significa “círculo sagrado”.

El mandala representaría el centro, la unidad, el orden del universo. Es por ello que producen una unificación de los dos hemisferios cerebrales y equilibran dualidades.

El significado de los mandalas

El significado de pierde en los orígenes del universo. Está considerado como una forma perfecta que simboliza el cosmos y la eternidad; la creación, el mundo, el ser humano y la vida, todo en el universo desde los planetas, el sol y la luna hasta la naturaleza en la Tierra: árboles, flores, etc. sigue una línea circular, por eso se afirma que este dibujo representa los ciclos infinitos de la vida. Como véis, es una cuestión de proyecciones. En las formas fractales de un mandala, podemos ver todo tipo de cosas, y proyectar todo tipo de acontecimientos y estados mentales.

Carl G. Jung  los utilizaba en sus terapias para llegar a la búsqueda de la individualidad de los seres humanos.

Con frecuencia los usaba para interpretar sus sueños, dibujaba un mandala al día, y así descubrió la intima relación que poseen estas representaciones con su centro, lo que le llevó a elaborar una teoría sobre como está estructurada la psique humana.

“Los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente”. Carl Gustav Jung

Afirmaba que el arquetipo de los mandalas estaba totalmente instalado en el subconsciente colectivo y consideraba estos dibujos como formas arquetípicas cuya comprensión puede resultar curativa, lo cual explicaría su aparición en culturas lejanas entre si.

Entre la infinidad de técnicas  que existen, nos encontramos con la de pintar mandalas para relajarse. Se considera un método de meditación activa, puesto que pintándolos se realiza un trabajo lúdico-terapéutico que nos permite dejar fluir a nuestro niño interior y mejorar nuestra creatividad y concentración.

Esta técnica de relajación no requiere ninguna habilidad expresa y puede ser realizada por personas de cualquier edad.

¿Os gustaría probar? Aquí os dejo varios mandalas que podéis imprimir y empezar a usar inmediatamente. Elige la plantilla que más te guste y busca un lugar tranquilo que te permita concentrarte únicamente en pintar el mandala.

Puedes crear un ambiente que favorezca la concentración y la relajación, poner música suave, encender alguna vela… lo que a ti te funcione para crear un espacio tranquilo. Una vez tengas el mándala pintando, puedes utilizarlo como elemento decorativo para cualquier rincón de tu casa. Las paredes de mi habitación están llenas de ellos, y el mirarlos me ayuda a concentrarme en el “aquí y ahora”.

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