
¿En qué consisten los conflictos?
Muchas personas coinciden en que los conflictos surgen cuando dos o más personas tienen diferentes opiniones o puntos de vista sobre algo. Esto es cierto en un nivel muy general. Existen partes enfrentadas, y la mayoría de las veces, ambas partes creen tener la razón. No sólo creen tener la razón, sino que intentan a toda costa convencer a la otra persona de que es así. ¿Te suena?
El papel de nuestras emociones en los conflictos
Podemos sentirnos de muchas maneras cuando estamos envueltos en un conflicto. El enfado y la tristeza suelen ser las emociones básicas, y después infinidad de sentimientos derivados de éstas, como frustración, irritación, ira, impotencia, angustia, etc, etc, etc.
Experimentamos emociones todo el tiempo, y lo peor que podemos hacer es etiquetarlas como “negativas” o “positivas”, y reprimir o esconder unas u otras. La tristeza está ahí para ayudarnos a procesar una pérdida, y el enfado está ahí para defendernos ante una posible pérdida o la violación de lo que creemos que es justo.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Aristóteles
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El escalamiento de los conflictos: la espiral
Pongamos una situación. Pepe y María son compañeros de piso. María ha dejado los platos sucios en la pila de la cocina durante unos días antes de irse fuera el fin de semana. Pepe se enfada, y no lava los platos y los deja ahí todo el fin de semana (se dice a sí mismo que no le toca a él, no debería ceder, no es la primera vez que pasa). Cuando el domingo por la noche María vuelve al piso, Pepe le echa una bronca de tres pares de narices. Se la pelan sus excusas e historias. Lo deja todo claro.
Sin embargo, el ambiente en el piso no es muy agradable los días siguientes. ¿Qué ha pasado?
No solo Pepe y María ya no se llevan muy bien entre ellos, sino que los otros habitantes del piso también se han visto afectados. Marta está totalmente de acuerdo con Pepe, y Ángel apoya a María en que no era para tanto lo de los platos ni para montar un drama así.
No solo el conflicto inicial ha ido a peor, sino que ahora además hay bandos y aliados a cada lado de la refriega. A Pepe y María les gusta sentirse apoyados en su punto de vista, piensan que eso les da todavía más la razón.

Somos participantes activos de los conflictos que vivimos. Llega un punto en todo conflicto en que ya poco importa “quién empezó”. Ambos bandos están contraatacando y justificando sus acciones mediante las ofensas pasadas del otro bando. Ahora hay un “nosotros” y “ellos”.
Nos justificamos en las ofensas de la otra parte, y de forma activa, promovemos y contribuimos a que el conflicto no solo no se resuelva, sino que se intensifique y se alargue en el tiempo.
¿Estamos enfocando el conflicto de forma en que estamos empeorando las cosas?
¿Qué hacer para escapar de la espiral del conflicto?
La empatía es el elemento principal a la hora de gestionar un conflicto y llegar a soluciones que satisfagan a las dos partes. Muy a menudo, elegimos tener la razón antes que ser felices, dos cosas que no siempre van de la mano. Y el ponernos en el lugar del otro e preguntarnos cuál será su punto de vista o cómo estará viviendo la situación siempre nos ayudará a comprender la situación desde una perspectiva diferente. Eso nos permitirá llevar a cabo acciones nuevas que antes simplemente no cabían en nuestro mapa mental.
El modelo de la Comunicación No Violenta es muy útil para expresarnos y comprender a los demás
- Comunicamos los hechos, neutros y objetivos: “Cuando haces / dices…“
- Comunicamos nuestras emociones, cómo nos sentimos respecto a esos hechos: “…me siento / me hace sentir…“
- Comunicamos una petición de acción, una sugerencia, clara y específica, sobre acciones que nosotros o la otra persona puede llevar a cabo para ayudarnos a sentirnos mejor. ¿Qué es lo que necesitamos?: “Me gustaría que…“
Si sigues estos pasos e implementas estos principios en tu día a día, te prometo que con el tiempo experimentarás cambios en tu vida, así como el bienestar vital que de ello deriva.
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