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10 creencias tóxicas sobre el amor

Durante el día te empapas de una gran cantidad de información distorsionada que hace que normalices vivir en este tipo de relaciones. Letras de canciones, falsos mitos, películas idílicas (¡las de Disney las primeras!), consejos y opiniones de amigos e incluso mandatos familiares que has recibido en casa y te tomas como «lo que debe ser». Todo suma y se incrusta en tu subconsciente hasta definir la manera en que ves el mundo.

¿Son sanas tus creencias sobre el amor? ¿Te permiten disfrutar de relaciones afectivas saludables y satisfactorias? ¿O contribuyen a crear un contexto en que sufres u os hacéis daño mutuamente? Echa un vistazo al listado…

¿Piensas que…
…si disfruta de su tiempo sin ti es que no te quiere lo suficiente?
…si fuera la persona idónea te sentirías llena y completa?
…el amor es lucha y esfuerzo?
…si funcionara, querríais estar todo el tiempo juntos?
…si te quisiera, haría un esfuerzo y cambiaría?
…el amor todo lo puede?

Las ideas irracionales son pensamientos infundados que nos generan malestar psicológico. En el ámbito de las relaciones de pareja, las ideas irracionales están basadas en el amor romántico y, aunque son compartidas por muchas personas, en la práctica amenazan la calidad de una relación auténtica.

El concepto de amor romántico tomó fuerza en la Edad Media y se ha ido reforzando en el siglo XX con los cuentos de princesas indefensas, el cine de Disney, las baladas pop y las comedias románticas de Hollywood. No con ninguna intención perversa ni nada… simplemente vende más 🙂

Amar no es mirarse el uno al otro, es mirar juntos en la misma dirección

Antoine de Saint-Exupery

Las ideas románticas irracionales son absolutas o estrictas, normalmente se expresan con fórmulas verbales de obligación tipo “debería” o “tendría que”  y giran en torno a cómo debería ser la persona, la relación o… el amor.

Son ideas preconcebidas sobre «cómo la realidad es / debería ser», que no son necesariamente verdad por sí mismas, y con el tiempo damos por sentado su realidad y las damos por válidas para guiar nuestros juicios y decisiones. Como todo sistema de creencias, es una herramienta más para ayudarnos a darle sentido al mundo y a tomar decisiones, pero que hemos de pulir de vez en cuando.

¿De qué hablo en este artículo?

10 creencias tóxicas sobre el amor

Comparto contigo esta lista de 10 creencias irracionales más frecuentes sobre el amor:

1. Debo ser el compañero ideal

¿Y cómo llegar a ser ideales o perfectos? Esta creencia implica un ideal utópico e inalcanzable, un punto de referencia que asegura la decepción constante. En lugar de este pensamiento que nos imponemos como obligación, podemos rebajar en gran medida la presión si la sustituimos por la intención de hacer lo mejor que podamos, lo que conlleva respetar la forma de ser del otro y analizar las posibles actitudes equivocadas que tengamos (una autocrítica sana).

2. Decepcionar al otro sería horrible

Si tenemos esta creencia, algo tan posible como decepcionar a la pareja podría resultar trágico. Mejor aceptar la posibilidad de que esto ocurra, pero con la voluntad de diálogo para valorar si la conducta que ha generado el desengaño es susceptible de cambio. Si la otra persona se decepciona, es porque tenía falsas expectativas. ¿Y qué pasa con decepcionarte a ti misma?

Artículo relacionado: Cómo poner límites a las personas tóxicas (sin sentirnos mal por ello)

3. Mis intereses y necesidades deben girar alrededor de mi pareja, y viceversa

¿Por qué? Está claro que es mejor compartir intereses, pero dos personas que se absorben mutuamente, que no tienen ningún interés o afición más allá de la otra persona… ¿suena a obsesión, no?. En este caso, un pensamiento más flexible sería el de querer dar a conocer al otro las necesidades propias para que sean respetadas y comprendidas. Además, las dos partes de la relación siempre pueden sorprender a la otra persona con facetas nuevas o formas de complementarse entre sí (el mismo sabor siempre, acaba empalagando).

4. Si algo me desagrada, es preferible callar a romper la armonía

Tragarse las palabras es indigesto. Y a largo plazo, nocivo. Si algo nos desagrada, la mejor opción es analizarlo objetivamente y hablar de ello. El callarnos nuestras necesidades no nos va a llevar a ningún lugar bueno la mayoría de las veces.

5. Debemos estar de acuerdo, sobre todo en temas importantes

Es casi imposible estar de acuerdo al 100% en todos los temas. Los puntos de vista diferentes no implican siempre discordia, solamente una visión diferente de la realidad.

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6. Si no me presta atención es porque no me quiere

¿Y tú puedes prestar atención a la otra persona todo el tiempo? ¿Nunca sientes cansancio, o estás ocupado con algo urgente? A (estar concentrado en otra cosa) no lleva necesariamente a B (no me quiere), eso es una relación artificial que no se sostiene en la realidad la mayoría de las veces. Esta idea distorsionada provoca mucha ansiedad a muchas personas.

7. No deberíamos discutir nunca

Si piensas que discutir es un drama te pierdes lo interesante de contrastar maneras distintas de pensar y lo gratificante de llegar a un acuerdo. Lo importante es saber cómo hacerlo, y no permitir que discusiones o desacuerdos escalen en grandes conflictos.

8. Como mi pareja me quiere, debe conocer mis pensamientos y deseos sin que yo se los tenga que comunicar directamente

Esta es de las más divertidas, cuando atribuimos a nuestra pareja el don de la adivinación (¿que acaso tú SIEMPRE ADIVINAS lo que la otra persona piensa o necesitas? ¡Qué miedo!). Si ocultas tus sentimientos, es prácticamente imposible que el otro adivine lo que te sucede o cómo eres. Comunícate de manera clara y concisa.

9. La otra persona me va a aportar la felicidad que necesito

Hacer responsables de nuestra felicidad a la pareja -o a cualquier otra persona- es tan falso como peligroso. No necesitamos a nadie para ser felices. El pensamiento racional sería “mi felicidad última no depende de estar con alguien, soy feliz por quien soy».

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10. Si estás enamorado, no puedes sentirte atraído por otras personas

Sentirse atraído por otras personas es algo natural (e incontrolable, nuestro cerebro hace esas cosas automáticamente…). Elegimos a nuestra pareja porque la relación se basa en otros pilares además de la atracción física.

¿Con cuántas de éstas creencias te identificas?

Cada una de ellas puede generarnos ansiedad y frustración, al no corresponderse con la realidad.

Y entonces pensamos que «es culpa mía» o hay algo que no funciona conmigo o con nuestra relación, si no todo coincide con ese sistema de referencia que nos hemos tragado de las películas romanticonas de Hollywood.

Y esto contribuye a que creemos el contexto de una relación tóxica.

Artículo relacionado: Cómo superar la dependencia emocional en la pareja

Bibliografía recomendada:

Para saber más sobre lo que hago, visita www.luismiguelreal.es

Luis Miguel Real
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