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6 tipos de pensamiento depresivo

Cuando una persona está deprimida, tiene una forma muy característica de pensar. En este artículo nos dedicaremos a analizar las características de esos pensamientos.

Los pensamientos depresivos son automáticos e involuntarios, aparecen en tu mente sin desearlos. No, no es verdad que puedas hacer desaparecer tus pensamientos. Nuestro cerebro los lanza sin cesar, siempre hay estímulos externos (cosas que vemos u oímos) o internos (nuestro propio tren de pensamientos) que producen más y más pensamientos. ¿Y si te digo que NO pienses en un elefante rosa?

Exacto 🙂

Esos pensamientos también son creíbles y enfáticos. Aparecen con mucha fuerza en tu mente, y tomas esa energía con la que surgen como prueba de que son pensamientos veraces y realistas. En ningún momento los cuestionas o los pones en duda.

También son rápidos. Tanto, que a veces te puede dar la impresión de que no hubo siquiera pensamiento, porque lo único que notas es el malestar derivado de ellos. Si pudiéramos grabar, rebobinar y volver a pasar lentamente el proceso que ocurrió en tu mente en unas fracciones de segundo antes de notar la emoción desagradable, encontraríamos algún pensamiento depresivo.

En ocasiones, más que encontrar frases perfectamente construidas, surgen palabras aisladas, pero muy cargadas de significado: fracaso, horror, culpa. En otras ocasiones, quizás lo que aparezca sean pensamientos en forma de imagen, lo que también dificulta su identificación.

En cuanto al contenido, esos pensamientos depresivos incluyen versiones negativas, oscuras y distorsionadas de uno mismo («soy un desastre», «todo lo hago mal», «es culpa mía»), del mundo o de los demás («La vida no tiene sentido», «nadie me quiere») y del futuro («No hay solución», «Nunca volveré  ser feliz»).

La depresión endógena no existe. La depresión surge del contexto de la persona y de su manera de afrontar las situaciones del día a día, no de un desequilibrio químico.

Las personas deprimidas razonan de una forma especial. La característica más clara sería que no utilizan la lógica. Es como si estar deprimido nos impidiera usar la información y los datos que tenemos a nuestro alcance, de manera sensata o racional. Veamos estos errores de razonamiento:

Errores de razonamiento o distorsiones cognitivas:

¿De qué hablo en este artículo?

1. Focalizar en los negativo:

La atención está centrada fundamentalmente en los aspectos negativos de la realidad. Eso es una interpretación artificial. La realidad no es blanca o es negra.

Es ver los matices de gris lo que nos aproxima a ver.

Esto sucede tanto en cuanto a los acontecimientos del día a día, como a los recuerdos de experiencias pasadas. Al pasar por la mente, los pasamos por el filtro de lo negativo, las desgracias o la culpabilidad.

Por ejemplo, cuando Marta va a comprar y se olvida de coger la sal, en su mente sólo aparece el olvido como un error, no los aciertos de haber comprado el resto de cosas que necesitaba.

Muchas veces, recuerda selectivamente errores cometidos en el pasado, o situaciones desagradables en las que se vio envuelta, y sin embargo, le cuesta mucho rememorar las vivencias positivas. Al menos de manera automática.

Otro aspecto fundamental es la autodesvalorización. Las personas con este tipo de pensamientos  se ven a sí mismas como personas sin valor, inadecuadas o inferiores. Focalizan en los pequeños defectos, aumentándolos y magnificándolos. Y olvidan o minimizan las habilidades, aciertos y valores.

2. Personalizar:

Con frecuencia, las personas deprimidas tienden a verse como responsables del 100% de acontecimientos en los que apenas han participado.

No se gradúa de forma adecuada el grado de responsabilidad o participación en el desenlace de un evento. Automáticamente se asume que hay una relación causa-efecto entre la consecuencia y la actuación, cuando, en la mayoría de los casos, no hay ningún tipo de conexión causal lógica.

El resultado es que se autocondenan a ser culpables.

3. Pensamientos «Todo o nada»:

Suelen categorizar las experiencias en términos extremistas y dramáticos.

La forma de evaluar las situaciones y las actuaciones no se mide a través de un continuo, sino de manera bipolar: blanco/negro, bueno/malo, perfecto / terrible, amor / odio. Con este filtro mental, hay muy pocas posibilidades de juzgar positivamente la realidad.

Si no se alcanza la categoría de perfecto (que nunca se puede alcanzar), el juicio que sigue es un desastre. Está muy conectado, y favorece la focalización en lo negativo. Marta concluiría que la cena del viernes fue un completo desastre, porque le faltaba sal a la comida.

Casi siempre que nuestra mente se vaya a la postura extrema, nos vamos a equivocar. Y a largo plazo nos traerá dolor.

4. Generalizar:

El error consiste en sacar conclusiones generales a partir de un detalle específico o conectado a una situación concreta.

Este tipo de generalizaciones se aplican al desempeño personal, a la actuación de los demás y a cómo funciona el mundo.

Cuando alguien hace comentarios del tipo «es que todas las mujeres conducen fatal», o «todos los jóvenes son unos irresponsables», está creando una regla general para un colectivo a partir de la actuación de un solo o de unos pocos individuos.

O si nos olvidamos de poner sal a la pasta un par de veces, «siempre la cago». ¿Siempre? ¿Todos?

5. Sacar conclusiones sin datos:

A partir de información muy sesgada e, incluso, de información claramente en contra, se llega a conclusiones.

Algunas veces da la impresión de que la gente deprimida tiene la capacidad de leer la mente de sus interlocutores o de adivinar el futuro, porque llegan a conclusiones que no se desprenden en absoluto de la realidad presente.

6. Excesivo uso de expresiones «Debería / tengo que»:

Muy a menudo, este tipo de expresiones denotan una creencia profunda de que las cosas son o deberían ser de cierta manera. Y en la mayoría de los casos, esto no se corresponde con la realidad. Muchas veces acaban en imperativos morales que limitan nuestras formas de actuación, y nos llevan a la culpabilidad y a la rabia.

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Para saber más sobre lo que hago, visita www.luismiguelreal.es/

Luis Miguel Real
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