
Hay innumerables nombres para los sentimientos de desesperanza y tristeza que uno siente después de unas vacaciones. Regresar a casa después de un viaje puede ser más difícil de lo que la gente piensa, especialmente si ha estado fuera por más de un par de semanas.
Lo decimos nosotros: la depresión después de las vacaciones puede ser francamente debilitante.
Cuando Pedro volvió de Asia después de tres meses en el extranjero, realmente sintió la tristeza post-viaje, y no es de extrañar por qué.
Después de todo, ¿qué nos ofrece el viaje si no una sensación de libertad infinita?
Ya sea que estemos paseando por las calles de Madrid o llegando al Campamento Base del Everest, el tiempo que pasamos viajando es una experiencia en la que nos convertimos en los dueños de nuestros propios horarios.
Así que cuando pasas de despertarte con nuevas vistas, sonidos y olores cada día a despertarte en tu cama, en tu propia ciudad, donde todo se ve exactamente como lo dejaste… las cosas pueden parecernos bastante sombrías.
¡Piensa en ello como un choque cultural a la inversa! La temida vuelta “a la realidad”.
Después de su tour por Asia, Pedro tomó la decisión de no caer en la depresión después de sus próximas vacaciones, así que más recientemente, después de pasar tres meses en América del Sur, regresó a casa preparado para ello.
Pedro aplica estos cinco pasos fáciles para conquistar la transición de viajero mundial a viejo autóctono:
1. Date unos días para relajarte
Puede parecer absolutamente obvio, pero de tan obvio que parece, la mayoría de la gente no lo aplica. Nos vamos de aventura por la India durante un mes o dos, y planeamos el vuelo de vuelta para el día antes de entrar de nuevo a la oficina, no dejándonos tiempo de transición.
Hacer las cosas a lo bruto trae lo que trae.
Necesitamos vacaciones de las vacaciones
Lo que algunas personas no saben es que cuando te pasas un par de meses o incluso un año rebotando constantemente, es agotador.
Pasa un tiempo relajándote en vez de sumergirte inmediatamente en la vida real. Es decir, no hagas esto durante varios meses, pero date una semana para acostumbrarte a estar en casa sin preocuparte por cómo te debes sentir o qué debes hacer.
Ni siquiera deshagas tu maleta si eso te hace sentir mucha tensión, sólo *inspira* y *expira*, acaricia a tu perro o gato, sal a correr o ponte un rato Netflix.
2. Concéntrate en algo importante
Después de una semana más o menos, concéntrate en algo que contribuya a tu vida en el hogar. No sólo te ayudará a acostumbrarte al regreso, sino que te dará un sentido o propósito.
Cuando Pedro regresó de Asia, hubo momentos en los que se sintió inútil porque no tenía trabajo y estaba viviendo con sus padres. No iba a permitir que eso volviera a suceder.
A su edad, uno de los mayores factores de estrés para las personas que han estado fuera durante un largo período de tiempo es la búsqueda de un trabajo. En esto es en lo que Pedro decidió concentrarse, en buscar trabajos que le interesasen y en organizar entrevistas con profesionales de la industria.
Hizo de la búsqueda de un empleo su nuevo trabajo a tiempo completo. Durante los primeros meses, su recompensa fue la sensación de propósito y la motivación que nace de ello.
3. Imaginarte tu próximo viaje nunca duele
Ya sea que hayas regresado a casa después de una semana de vacaciones o de un viaje de un año, todo el mundo sabe lo que se siente al llegar a casa y querer ir a un lugar nuevo.
No hace daño el mirar por internet. Esto te da algo que hacer y que esperar. Aprender más sobre el mundo puede beneficiarte de todos modos, así que ¿por qué no ampliar tus conocimientos mientras tienes tiempo?
4. Mantente ocupado, ocupado, ocupado… y más ocupado
Este es importante. Siempre en movimiento mientras viajabas, conociendo nuevas personas, haciendo múltiples actividades al día y planificando. Te acostumbras a ese estilo de vida, luego vuelves a casa y se detiene.
¡No lo permitas! Mantente ocupado.
Ve al gimnasio, empieza a cocinar, coge un libro, ve a amigos que no has visto en mucho tiempo, aprende un nuevo idioma, investiga sobre eventos interesantes y nuevos restaurantes que se han abierto en tu barrio, ¡haz cualquier cosa! ¡Todo!
Con el tiempo, volverás a la normalidad. Es natural.
5. Imprime tus fotos y haz tu álbum
Esto es algo muy bueno para hacer mientras se hace la transición de vuelta a la vida en casa. Podrás ver todos tus recuerdos impresos y “tocarlos”, lo que te permitirá recordar el viaje y recordar los momentos tranquilos que hayas podido olvidar a lo largo de la aventura.
Lleva tiempo y le permitirá aceptar el hecho de que estás de vuelta en casa. Para mí, hacer el álbum de fotos puede compararse con darle un cierre a una relación que terminó.
Es una bella forma de despedirnos que las vacaciones, decirles adiós, y empezar a poner nuestra mente poco a poco de vuelta en la rutina.
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