
La ansiedad es una putada.
Todos hemos sentido ansiedad en algún momento de nuestra vida, y lo normal es que varias veces.
Todos tenemos nuestros botones.
Lo que ocurre es que la ansiedad en sí misma no suele ser el problema.
Los locos del DSM viven en su burbuja patologizando la sociedad y todo lo que huela a sufrimiento humano, olvidando que hay cosas que son inherentes al ser humano (la verdad es que cada vez menos psicólogos lo utilizan en su práctica diaria; prueba a leer unas páginas y te auto-diagnosticarás toda clase de trastornos que no conocías, pensarás que necesitas medicación).
El DSM no es más que un tochaco de autoridad “al peso”, que si lo citas para apoyar o validar lo que dices, es el equivalente a sacarte la polla y ponerla encima de la mesa: “porque lo dice el DSM”.
Transmite la idea de que “sentirse mal es anormal”.
Y no, no es nada anormal.
Problemas del modelo biomédico, que es muy reduccionista en cuanto a algunos aspectos, como que “la depresión es causada por un déficit en producción de serotonina”. ¿Y ya está? Osea, que si odio mi trabajo, mi familia no me quiere o mi pareja no me respeta, ¿eso no tiene nada que ver?
¿Estoy diciendo que el DSM no sirve para nada?
No.
Estoy diciendo que el DSM no sirve para todo.
La ansiedad es un mecanismo de supervivencia
El homo sapiens se ha desarrollado y evolucionado en unas determinadas condiciones. Pensamos que las sociedades globalizadas de hoy en día son la normal, pero si dividiésemos la existencia de nuestra especie en un año, la Historia no sería más que una diminuta e insignificante porción del pastel.
El homo sapiens se ha desarrollado durante miles de años como cazador-recolector, viviendo en los salvaje, y nuestro sistema nervioso se ha adaptado a esas condiciones.
Cuando aparecía algún bicharraco con dientes, los sapiencillos que sobrevivían (y por tanto tenían más descendencia, o al menos descendencia) eran los que tenían respuestas de miedo y estrés que les ayudaban a defenderse o a pirarse corriendo del lugar.
Sin la ansiedad, no estaríamos aquí. Para todo fenómeno psicológico es necesario tener en cuenta el contexto.
Normalizando nuestras emociones “negativas”
Pongo “negativas” entre comillas, pero me parece contraproducente.
Ojo, no le estoy quitando importancia a los síntomas de la ansiedad, no son nada agradables, por supuesto que no, yo también he sufrido de ansiedad (como todo ser humano, aunque no quiera reconocerlo).
Cuando etiquetamos las emociones como “positivas” y “negativas”, estamos enviando el mensaje implícito de “buenas” y “malas”, de “sano” y “loco”.
Y claro, luego algunos profesionales se extrañan de que a la gente le cueste validar sus emociones “negativas”, admitir y expresar cuando algo les da miedo, les hace sentir tristes o enfadados.
El estado natural del hombre del siglo XX es la ansiedad
Alguien
La ansiedad no es el problema, es el contexto
Pongo de ejemplo la crisis del coronavirus, COVID19 y tal.
Un evento que sacude el mundo y lo pone patas arriba, prácticamente se paraliza, cambia de la noche a la mañana nuestro modo de vida al recluirnos en casa.
Pues coño, es absolutamente natural que antes semejantes circunstancias, cualquier hijo de vecino sienta miedo, estrés, ansiedad, frustración, impotencia, lo que sea.
Para mirárselo con un psicólogo sería que alguien no estuviese sintiendo nada.
Y gracias al miedo nos tomamos en serio las medidas recomendadas por las instituciones sanitarias. Gracias al miedo, tomamos precauciones y las seguimos a rajatabla.
Porque sin miedo, la gente comete más errores, y te la encuentras montando bares clandestinos y saltándose la cuarentena, arriesgando su vida y las de los demás en un estado de alarma internacional. Eso sí que es locura, eso sí que es inconsciencia absoluta.
Ojo, no confundamos miedo con pánico, ni tristeza con depresión, ni enfado con ira homicida.
Las primeras son normales, naturales y psíquicamente sanas, las segundas son sus versiones extremas y problemáticas, que sí que hay que trabajar.
Le escuché decir una vez al psicólogo Eparquio Delgado que sentir ansiedad no es el problema, que el problema viene cuando esa ansiedad nos está limitando en nuestro estilo de vida o para vivir nuestra vida.
Y tiene toda la razón del mundo.
Hablando de Eparquio, aquí un vídeo de una conferencia suya hablando del tema. Cada minuto es oro:
No, los problemas psicológicos no son enfermedades.
Y ya que estamos, pásate por mi página web www.luismiguelreal.es/psicologo-ansiedad-valencia/