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“Cómo me convertí en la persona más tonta del universo”: Los peligros de la autoayuda y los gurús del desarrollo personal

¿De qué hablo en este artículo?

Gurús del crecimiento personal que confunden más que hablan

El otro día un amigo me pasó un vídeo de estos virales de una gurú que tenia pinta de ser una niña recién salida del instituto que (allá va):

“Si te das cuenta de algún pensamiento estresante, dejas de pensarlo y ya está. Así de fácil”

Madre mía

Comenté su vídeo por redes, con estas conclusiones:

-Me da mucha rabia la superioridad moral de estos gurús que según ellos todo “es muy fácil” y que mejoraremos solo con desearlo. Esta gente no ha trabajado nunca con personas con ansiedad o adicciones. Ojalá fuese tan fácil

-Se pasan por el forro a todos los profesionales y toda la evidencia 100tífica que prueba que las cosas son mucho más complejas que sus frasecitas de taza del desayuno

-Implican que las personas que sufren de ansiedad o de alguna otra movida sufren “porque quieren”. Porque son tontitos o algo

En mi cabeza, esto es lo que se cree esa niña:

Vaya, todo esos psicólogos, investigadores y personas que sufren, todas equivocadas durante décadas, yo con 20 añitos y mi cuenta de instagram he descubierto los secretos del cosmos y la vida es super fácil, qué tontitos, nunca se les ha ocurrido que solo hay que dejar de pensar y ya está, hehehe

En fin

Que ojalá las cosas funcionasen así de fácil como piensa la cría esa que se han leído demasiado libro de coaching barato

Lo que yo propongo a la gente no es fácil

Ni rápido

Pero sí funciona

Es lo que tiene la evidencia 100tífica

Y lo más importante (en mi sesgada opinión de calvo):

Tengo en cuenta las dificultades que sufrimos la mayoría de las personas cuando nos enganchamos con pensamientos recurrentes que nos hacen sentir mal y no sabemos cómo quitarnos de la cabeza

Porque no podemos quitárnoslos de la cabeza

Por eso, en mi curso anti-estrés te enseño técnicas probadas para trabajar poco a poco tus pensamientos y tus reacciones a esos pensamientos, para que con el tiempo puedas funcionar en tu vida

Nada de prometerte vidas de color de rosa

Aquí toda la info: http://www.luismiguelreal.es


 

“Me convertí en la persona más tonta del mundo”

El otro día mandé un email a esta lista, sobre una gurú que soltaba por redes perlas como “si algo te preocupa, simplemente dejas de pensarlo y ya está, así de fácil” y mi indignación por la ignorancia y desvergüenza de este tipo de personajes

¿Y qué?

Muchas personas me contestaron a ese email. Una suscriptora llamada Ana compartió un testimonio muuuuy interesante

Mira, que vale la pena:

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Hola Luismi!

Me llamo Ana y estoy apuntada a tu membresía “Psicología para ir tirando”. Llevo unos meses leyendo tus emails y me gustan.

Unos mas y otros menos. Pero este me ha hecho ese “click” que me obliga a escribirte.

Por supuesto estoy totalmente de acuerdo en la estupidez de la niña, la falta de empatía y de madurez. Se fuma un puro con los avances científicos de todos sus ancestros y menosprecia a todo aquel que no es idiota ni insensible como ella.

Cuando tenia su edad, mas o menos 22, nunca llegue a pensar como ella, pero sí me encontré con el problema del dolor extremo o fuerte o agobiante por mas o menos las causas comunes en esa edad ( amores, La Paz en el mundo o qué hacer con tu vida).

Animada por los existencialistas, con frases como “‘Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente”, por cabecera o libros como “Antropología del dolor” de David Le Breton decidí hacer un autoexperimento ( siempre he sido muy dada a eso y reconozco que hay que estar bastante chalada, aunque eso no va a mejorar jjj)

Y ante precisamente la imposibilidad, al menos para mí en esa época, de apartar unos pensamiento determinados, como la prenda de la niña propone, tomé una decisión más drástica.

Se trataba de dejar de pensar en absoluto.

Me refiero a pensamientos más complejos que repasar la lista de la compra o que ropa me iba a poner, tanto si eran dolorosos como si me satisfacían.

No me enrollo mas… Resultados:

En un año me convertí en la persona más tonta del universo.

No tenía ninguna conversación. Dejé de estar alegre, aunque sea como todo a ratos. No tenía inquietudes tampoco, ni buenas, ni malas. Y, en general, me gustaba muy poco, mucho menos que pensando aunque sintiera dolor.

Finalmente trate de retomar el proceso inverso. Volví a leer, busqué gente interesante con la que hablar ( aunque sentía que no podía ofrecerles mucho q deliberadamente me había hecho más tonta, más vacía….).

Tardé bastante más de un año en volver a sentirme un poco a gusto con mi piel y el tiempo perdido en estupideces es irrecuperable. Pero eso lo sé ahora…

==

Brutal

Hay muchísimas cosas que aprender del email que me mandó Ana y de su experiencia

Así sin pensar mucho:

-Cuidado con los dogmas

Y esa podría ser una de las razones principales por las que los psicólogos desaconsejamos el 99% de la “autoayuda” que circula por ahí

Dogmas, dogmas y dogmas. Haz esto porque es mejor. Haz esto otro porque es lo que hacemos las personas inteligentes e iluminadas

Aunque tenga menos sentido que 2+2=5, pero lo dicen igual

Por eso en mis formaciones online me esfuerzo por no comentar esos mismos errores, que pueden hacer tanto daño

Divulgo, explico enfoques y técnicas. Intento ayudar a las personas que confían en mí a generar nuevas conclusiones sobre su vida y las cosas que les pasan

Ya tenemos bastantes dogmas encima normalmente, no necesitamos añadir más

Por cierto, para tener acceso a mis formaciones online, suscríbete a mi lista de email, en http://www.luismiguelreal.es

De nada


 

Intentar apagar el ruido mental con pantallas o drogas varias

El otro día en una sesión de terapia (online, obviamente)

Hablaba con una clienta sobre sus preocupaciones diarias e íbamos identificando sus principales fuentes de estrés, para ir trabajándolas después por separado, situación a situación

En el trabajo fatal, su jefe un absoluto gilipoll*s y que encima no les permite trabajar online desde casa y amenaza con despedir cada vez que un empleado le saca el tema

Lo dicho, dijo una vez alguien más inteligente que yo que muchas veces no necesitamos un psicólogo, sino un sindicato

Bueno, las movidas del trabajo aparte (yo le preguntaba si de verdad se imaginaba a cualquier persona NO estresada en un ambiente así… me contestó que, pensándolo así, la verdad es que no, que sentir estrés en un ambiente así parecería lo normal, y lo es)

Le pregunté en cierto momento qué hacía al llegar a casa del trabajo, con todas esas preocupaciones dándole vueltas en la cabeza

2 cosas principalmente

Ni una ni tres

Dos:

-Fumar hachís (el intento de automedicación más común de la sociedad, además del alcohol)

-Móvil (scrolling sin sentido en redes sociales, la típica serie mala de netflix para no pensar, etc)

Y eso es lo que hacemos muy a menudo

Buscamos nuestras anestesias en el día a día

Según la mayoría de investigaciones científicas, la mejor de esas conductas de escapismo diario es la actividad física, pero pero también podemos hacer cosas que nos hagan sentir útiles o bien con nosotros mismos, que aprendemos, que crecemos, o simplemente disfrutar aprendiendo a cocinar algo nuevo y que encima nos salga decente y no sea necesario pedir una pizza con vergüenza

No es una cuestión de poner etiquetas, cada persona encontrará aficiones y actividades que le funcionen y encajen con su estilo de vida y sus preferencias

Pero ya te digo que drogarte diariamente (es automedicarse, y mal) y apagar nuestro torrente mental con pantallas no suelen ser lo que mejor funciona a largo plazo

Por un lado, evitan que accedamos a otros métodos que sí que nos ayuden en el largo plazo: nos impiden mejorar

Y por el otro lado, nos pueden aumentar la ansiedad todavía más: nos hacen empeorar a largo plazo y alejarnos más del punto de bienestar que buscamos.


 

La negación de la realidad que limita nuestras posibilidades

Aquí te voy a hablar de la negación, pero antes una historia para darle contexto:

Hace meses, cuando volvió a declararse el Estado de Alarma en España, tomé una decisión

Decidí que ya no iba a dar sesiones de terapia presenciales en mi consulta física en Valencia. Que pasaba de rollos y de tener que estar pendiente cada día de las mil nuevas medidas y restricciones que iban a venir, y que tampoco quería preocuparme de coger el virus o de que alguien lo trajese a mi consulta

Que trabajaría 100% online desde mi casita, o como mucho iría a mi oficina para trabajar online desde allí

Y he vivido relativamente tranquilo estos meses

Aún así, muchísimas personas me han llamado y escrito por tierra, mar y aire para pedirme citas presenciales

Un millón de veces

Y otro millón de veces les he vuelto a explicar que no, que pudiendo hacer mi trabajo igual de bien online desde mi casa, me parecía una absoluta irresponsabilidad social no hacerlo, y que no iba a dar sesiones presenciales a nadie hasta que no estuviesen mejor las cosas

¿He perdido clientes?

Seguro.

¿He ganado en tranquilidad y contribución a la salud pública?

Un montón

Me sigo sorprendiendo cuando a día de hoy me sigue llamando gente por teléfono y tengo que explicarles esto. Me llaman pensando que “hay un problema informático” en la web y que por eso no pueden coger cita presencial en mi oficina en Valencia, que solo online.

Y les tengo que explicar por enésima vez:

No, no hay ningún fallo informático. Cuando vas a la web y ves que solo se puede coger cita para sesiones online, es porque solo permito reservar sesiones online. Sí, por la pandemia.

Y entonces vienen las justificaciones (y más negación de la realidad):

“Yo es que creo que necesito cara a cara porque…”

Joder, mi cara no dejas de verla en las sesiones online. Básicamente es lo único que ves en la pantalla, porque la tengo enorme (la calva)

“Ya, pero es que yo creo que…”

Solo doy sesiones online. No cambiaré esto hasta futuro aviso. Dudo mucho que sea la semana que viene. Online es todo lo que ofrezco. No hay excepciones. Sigo trabajando online con el 99,99% de mis clientes, y todo va como la seda. No creo que vuelva a dar sesiones presenciales antes de mayo, ya veremos. Lo anunciaré en redes sociales e email y todo eso.

“Pero, pero, pero…”

Y así un buen rato, hasta que amablemente me despido y cuelgo

La negación de la realidad

Y esto lo hacemos todos los días muchas veces

El problema es que limita mucho nuestras posibilidades.

Por eso, en la edición de este mes de la membresía “Psicología para ir tirando” vamos a ver:

-Los poco conocidos 3 pilares de la ansiedad que nos dejó el legendario psicólogo Aaron Beck, y por qué podrían ser imprescindibles para que muchas personas mejoren realmente

-Cómo identificar nuestras creencias tóxicas saboteadoras, y de qué manera enfocarlas para que poco a poco dejen de estorbarnos tanto en la vida

-El enfoque sobre los pensamientos repetitivos que no te cuentan los gurús vendehumos porque igual se les acabaría el chollo. Te permitirá trabajar efectivamente cuando tu cabeza se convierte en un “disco rayado”, y sin necesidad de “bloquear tus pensamientos” ni ninguna otra mamarrachada por el estilo

-Por qué la mayoría de cosas intuitivas que intentamos para calmar nuestras preocupaciones nos hacen estar peor, y una técnica contra-intuitiva que aprendí del gran psicólogo Víctor Amat

-Una forma tan rara como simple de reconocer nuestra negación y ponerla a un lado para poder avanzar con nuestros proyectos, sin perder oportunidades ni atascarnos en puertas cerradas (me lo inventé en una sesión de terapia y lo llamé “el truco del timbre”)

-Consejos reales que doy a mis clientes de terapia cuando quieren enfocar preocupaciones que no se van, y que sirve también para los mal llamados “problemas de baja autoestima”, incluso si eres un perro verde

Luis Miguel Real
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