Saltar al contenido

¿Los propósitos de Año Nuevo sirven para algo?

propositos de año nuevo
Todos los años la misma historia. Se acerca el 31 de diciembre y muchísima gente empieza a pensar en los propósitos de Año Nuevo.

Las bromas habituales sobre estas fechas son que todo el mundo se apunta al gimnasio y paga la suscripción para no ir, que la mayoría de propósitos y objetivos terminan fracasando antes de llegar febrero, o que directamente ni vas a empezar por la resaca del 1 de enero.

En este artículo te voy a comentar las conclusiones de un estudio científico muy interesante:

Norcross, J.C., Mrykalo, M.S. & Balaguer, M.D. (2002). Auld Lang Syne: success predictors, change processes and self-reported outcomes of New-Year’s resolvers and nonresolvers.

¿Sirven de algo los propósitos de Año Nuevo? ¿O es una tontería?

En el estudio en cuestión, se contó con la colaboración de 280 personas (de entre una muestra original de 1000).

¿De qué hablo en este artículo?

¿Es suficiente plantearse una meta para que esta se cumpla?

No, no suele ser suficiente. Muchos gurús de la ley de la atracción te dirán que pensar mucho mucho y desear mucho muchito aquello que quieres hará que el universo conspire a tu favor para que tus sueños se hagan realidad.

A ver, por supuesto que el primero paso (imprescindible) para cumplir cualquier tipo de meta es plantearnosla, tomar la decisión de que, efectivamente, queremos cumplir aquello que nos proponemos. Muchos de estos objetivos suelen ser:

  • Hacer ejercicio con frecuencia
  • Bajar de peso
  • Dejar de fumar
  • Aprender a conducir
  • Leer X libros a lo largo de un año

Pero claro, imaginarnos las cosas y hacer auto-afirmaciones delante del espejo es una cosa, y ponernos las zapatillas y salir a correr con el frío o bajo la lluvia es otra muy diferente.

El pensamiento mágico no funciona para conseguir nuestros objetivos. Pero obviamente, tenemos más probabilidades de conseguir aquello que nos proponemos después de tomar la decisión.

Es bastante obvio, no tendrás patatas si no decides que te gustaría plantar patatas. Pero el proceso de cultivarlas y hacerlas crecer es un proceso mucho más complejo, y sujeto a muchísimos factores (no todos dependen de nosotros).

Por eso, mejor déjate de tonterías como la ley de la atracción, y siéntate delante de una libreta y de un lápiz (o el móvil en su defecto) y ponte a hacer un plan.

¿Cuáles son las estrategias menos efectivas para alcanzar nuestros objetivos?

  • Etiquetarnos
  • Confiar en el pensamiento mágico (esperar que las cosas cambien por arte de magia)
  • Esperar sentirnos siempre motivados para seguir el plan
  • Minimizar los problemas o posibles obstáculos

El optimismo descerebrado ha conseguido que muchas personas se apunten al gimnasio bajo los efectos del champán, pero pocas veces ha conseguido que la gente vaya al gimnasio más allá de la tercera semana de enero. Vamos, la positividad tóxica.

Es más bien al contrario. Cuando nos planteamos una meta nueva o difícil, lo más inteligente será buscar los posibles obstáculos que puedan surgir en nuestro camino, para así poder prepararnos para evitarlos en la medida de lo posible (aún a riesgo que algún seguidor de Borja Vilaseca o cualquier otro coach de pacotilla nos llame pesimistas o aguafiestas).

¿Los propósitos de Año Nuevo son útiles para alcanzar nuestras metas?

En el estudio en cuestión, llegan a conclusiones muy interesantes.

De entre todas las personas que participaron en el estudio, las que se plantearon un propósito de Año Nuevo mantenían sus nuevos hábitos a los 6 meses hasta 10 veces más que las personas que no se pusieron propósitos para el nuevo año.

Tengamos en cuenta que esto podría deberse no solo al hecho de que se propusieron un cambio a nivel consciente, sino a que siguieron mejores estrategias para alcanzar sus objetivos (y mantenerlos a largo plazo).

Como digo muy a menudo a algunas personas en terapia: no es lo mismo pensar «igual me vendría bien ir al gimnasio algún día» que decir «voy a ir al gimnasio 3 veces por semana, los lunes, miércoles y viernes, a las 08:00, y para ello voy a comprar esto, esto y esto, y me levantaré a las 7:30, y…»

¿Ves la diferencia?

Plantearse un nuevo objetivo y quedarnos sentados hasta que aparezca la motivación es como dejar de ir a trabajar porque esperamos que nos toque la Lotería «un día de estos». A eso lo llamo la trampa de la motivación.

9 estrategias efectivas para alcanzar nuestros objetivos

1. Visualizar los posibles beneficios

2. Reflexionar sobre las posibles consecuencias negativas de no-hacer-nada

3. Ignorar los pensamientos de «todo o nada», buscando el avance lento pero seguro

4. Fijarnos metas específicas y cuantificables

5. Evitar situaciones que nos alejen de nuestro objetivo (evitación inteligente de situaciones de recaída.

6. Cambiar nuestro contexto y estilo de vida para que sea coherente con las nuevas metas

7. Premiarnos y recompensarnos por los pequeños avances

8. Estrategias de afrontamiento para los imprevistos (prevención de recaídas)

9. Consultar con un profesional, o con alguien con experiencia en el tema

Artículo relacionado: Cómo planificar nuestros Propósitos de Año Nuevo

Por cierto, todas estas cosas se hacen en lo que llamamos en psicología «terapia cognitivo-conductual«.

¿Y tú?

¿Te pones propósitos en año nuevo? ¿Qué objetivos te gustaría conseguir? ¿Qué es lo que más te suele costar? ¿Tienes un plan para mantener en el tiempo tus nuevos hábitos?

Y en caso de que tengas objetivos y no hayas intentado cumplirlos todavía… ¿a qué esperas para tomar la decisión? ¿Qué es lo que te detiene?

Por cierto, hace tiempo preparé una guía para gestionar mejor nuestro tiempo (lo cual es clave para alcanzar nuestros objetivos).

Puedes descargar la guía aquí abajo:

Cómo tener más tiempo sin tener que levantarte a las 4AM (a menos que tú quieras)

Luis Miguel Real
¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Descubre más desde Luis Miguel Real | Psicólogo

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo