
Tenemos que tener en cuenta dos escenarios completamente diferentes: ¿tu pareja desea realmente dejar de fumar? Si la respuesta es sí, entonces deberíais hablar con un psicólogo especialista en adicciones, y ese profesional ya os dará las pautas adecuadas para el caso de tu pareja.
Si tu pareja es un fumador que no quiere dejar de fumar… la respuesta ya es más complicada. Es muy difícil (prácticamente imposible) que una persona supere una adicción si no quiere.
Pero no te desanimes, porque hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a tu pareja a superar la adicción al tabaco, o al menos para que poco a poco se empiece a plantear la idea y, a largo plazo, tome la decisión.
A continuación, te voy a dar algunos consejos para ayudar a tu pareja a dejar de fumar, o al menos a considerar la idea si todavía no tomó la decisión.
¿Cómo puedo ayudar a mi pareja para que deje de fumar tabaco?
¿Qué le puedo decir a mi novio para que deje de fumar? Aquí van algunos consejos:
1. Comprender que tiene un problema de adicción
Lo primero, tienes que entender (y aceptar) que tu pareja tiene un problema de adicción, y lo que eso conlleva. La adicción consiste precisamente en que la persona tiene graves pérdidas de control, en contra de su voluntad. Es decir, si tu pareja no acepta que tiene una adicción, piensa es algo habitual entre víctimas de problemas de adicción a la nicotina también.
Necesitarás una dosis extra de empatía y paciencia, porque sufrir una adicción no es fácil. La persona que fuma tabaco sabe perfectamente que fuma porque no tiene alternativa. Sabe que fuma tabaco porque si deja de hacerlo se siente mal. Y simplemente no sabe cómo dejar de fumar.
Además, el síndrome de abstinencia del tabaco provoca ansiedad a muchas personas, por lo que será una dificultad extra a tener en cuenta. Dejar de fumar NO es fácil.
Muchas veces, las conductas adictivas van acompañadas de fuertes sentimientos de vergüenza y frustración (aunque la mayoría de las veces no sean expresados abiertamente, por razones obvias).
2. Ofrece información, sin forzar
Si tu pareja no desea dejar de fumar, es muy poco probable que cambie de opinión de la noche a la mañana solamente porque tú se lo digas. Evita forzar las conversaciones, evitar hacer imposiciones, porque lo más probable es que des a tu pareja razones para ponerse a la defensiva, hacerse más reacia a dejar de fumar, o incluso dañar vuestra relación.
Entiende que es una persona con un problema complejo, que ha estado años perfeccionando un sistema entero de justificaciones para su consumo (para resolver su disonancia cognitiva).
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3. Anima a buscar información y alternativas
Una buena forma de enfocar el tema es hacerle preguntas. ¿Cuánto sueles fumar? ¿En qué momentos sientes más ganas de encender un cigarrillo? ¿Sientes malestar si esperas mucho rato antes de encender un cigarro? ¿Qué relación crees que el tabaco tiene con tu estado de salud actual? ¿Has investigado las diferentes opciones que existen? Imagínate que dejases de fumar ahora, ¿cómo crees que te sentirías dentro de unos años? ¿Cuáles fueron tus razones para empezar a fumar?
4. Aplaude los pequeños avances
Si tu pareja intenta posponer cigarrillos, reducir lo que fuma, leerse libros sobre cómo dejar de fumar, investigar sobre el tema… ¡bravo! Anímale, refuerza esas conductas.
En muchos casos, dejar de fumar poco a poco es mejor dejar de fumar de golpe, porque permite a la persona prepararse mentalmente y acostumbrarse a resistir la ganas de fumar en pequeñas dosis.
5. Ten paciencia con las recaídas
Desgraciadamente, las recaídas son parte del proceso. Causan frustración, y algunas veces incluso hacen que la persona abandone su proceso para superar su adicción al tabaco.
Es importante estar preparados para esto, y ofrecer apoyo y ánimos, estar ahí. Una buena forma de ayudar a nuestra pareja en esos duros momentos es recordarle los avances que había hecho en el pasado, recordarle que las recaídas son un trago amargo, pero que son habituales.
Recomiéndale hablar con un profesional para revisar su estrategia, aprender de las recaídas y así levantarse. Ten en cuenta que la tristeza aumenta las ganas de fumar, por lo que mejor trabajarlo con un profesional.
6. Pon límites
No tenemos por qué aguantar todo. Si la forma de fumar de nuestra pareja nos afecta de alguna manera, hemos de hablar del tema. Por ejemplo, no tienes por qué soportar el humo del tabaco dentro de casa, tienes todo el derecho del mundo a decirlo y que se vaya a fumar fuera.
Este tipo de gestos también ayudarán a que deje de fumar a largo plazo (a más incómodo e inaccesible sea el consumo, más gente deja de fumar).
7. Da ejemplo (no solo con el tabaco)
Obviamente, si tú también fumas tabaco (aunque sea mucho menos que tu pareja) debes dar ejemplo. No hace falta que dejéis de fumar a la vez, cada caso es diferente y cada proceso lleva un ritmo distinto. Pero tu pareja te verá como una persona hipócrita si no haces intentos visibles por dejar de fumar también.
Si usas otras drogas (marihuana, alcohol, etc), sé coherente y evita su consumo.
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8. Evitad el alcohol
El alcohol, además de ser puro veneno y no aportar nada positivo al cuerpo (solo dañar la salud), también nos dificulta conseguir el resto de nuestros objetivos. Por ejemplo, el alcohol afecta directamente a la corteza prefrontal del cerebro (es la parte responsable de nuestro auto-control, de ahí viene el efecto de desinhibición del alcohol).
Si tu pareja bebe alcohol, probablemente fumará más, y le costará muchísimo más aguantar sus ganas de fumar. Así que anímale a evitar el alcohol, o mantenerlo al mínimo (y tú dando ejemplo).
9. Anímale a hablar públicamente de su deseo de dejar de fumar
No es lo mismo dejar de fumar al estilo ninja que públicamente. Cuando una persona lleva sus intenciones de dejar de fumar en secreto, es más probable que se permita fumar en público en momentos de que sienta ganas de fumar. Es un detalle importante, que denota menor compromiso con el objetivo de dejar el tabaco, y que además “deja la puerta abierta” a poder fumar continuamente.
Sin embargo, cuando verbalizamos nuestro deseo de dejar de fumar, cuando hacemos declaraciones públicas ante nuestros amigos, familia y demás fumadores en nuestra vida, se hace más fácil que nos esforcemos por no-fumar delante de esas personas.
Es una forma de utilizar el orgullo a nuestro favor. Simplemente, cuando hemos dicho que estamos dejando de fumar, nos esforzamos más en fumar poco delante de ciertas personas o en determinados contextos. Incluso, es muy probable que la gente nos anime en nuestra decisión y nos ayuden (no ofreciéndonos tabaco, no fumando delante nuestro o haciéndonos recordatorios respetuosos de nuestra meta).
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10. Hablad con un psicólogo especialista en adicciones
La decisión más responsable siempre será consultar con un profesional y empezar terapia psicológica para dejar de fumar. Las adicciones son un problema complejo, y en el 99% de los casos, no basta con solo “fuerza de voluntad”, porque no depende de eso.
Me llamo Luis Miguel Real, y llevo años trabajando como psicólogo especialista en adicciones. Si tu pareja desea dejar de fumar (o tú), aquí en el enlace de abajo te explico cómo dar los primeros pasos:
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