
Ya lo habrás oído alguna vez, pero los psicólogos no son magos, te dan una encuadre y referencias y guías, pero la mayor parte del trabajo lo tienes que hacer tú.
Por eso, en este artículo te voy a dar algunos consejos para aprovechar al máximo tus sesiones de terapia y que puedas alcanzar tus objetivos lo antes posible.
¿Cómo hacer que una sesión de terapia funcione?
Para que un proceso de psicoterapia funcione, es muy importante que se cree una relación de confianza.
Es un poco como en las relaciones de pareja, es cosa de dos. Tanto el psicólogo como tú vais a poner de vuestra parte (cada uno desde un rol diferente). Ten en cuenta estas pautas, y tendrás muchas más probabilidades de éxito. ¿Cómo ser un buen paciente?
1. Confía en tu psicólog@
Si has elegido bien a tu psicólogo, será una persona con formación (científica) y experiencia profesional. Es un profesional, y le has elegido por recomendación de alguien o porque su página web te ha dado buen rollo y te ha transmitido confianza.
Por eso, es importante que empieces el proceso de terapia con humildad. Sí, tu psicólogo sabe más que tú sobre salud mental. No tiene nada de malo admitirlo. Porque para eso le contratas, ¿no? Para que te ayude sobre un tema para el que está más preparado que tú.
Así que, dale ese voto de confianza, y no le vengas con frasecitas que hayas leído en algún libro de autoayuda pensando que sabes más que un profesional 🙂
Si vas a terapia, que no te cuenten milongas. Un buen psicólogo no se queda 5 años improvisando y rizando el rizo sobre la relación con tus padres. Eso es sacarte el dinero.
Un buen psicólogo planteará objetivos concretos desde el principio. La psicoterapia es estrategia.
— Ψ Luis Miguel Real 🧠 Psicólogo (@LuisMiguelReal4) September 2, 2022
2. Sé puntual
Nada le toca más los cojones (o los ovarios) a un profesional de la psicología que que le lleguen tarde a la cita.
Piensa que si llegas tarde, pierdes parte del tiempo disponible para tu sesión. Si llegas tarde, no des por sentado que tu psicólogo tiene que atrasar el resto de sesiones para darte a ti los 50 minutos enteros de sesión. Porque eso sería injusto tanto para el profesional como para el resto de personas que vienen detrás (e incluso infantil).
3. No canceles a última hora
Cierto. Esto molesta más incluso que que te lleguen tarde.
Piensa que el tiempo de tu psicólogo es tan valioso como el tuyo. Al reservar cita, has cogido una hora de su tiempo que podría haber dado a otra persona que sí que quería ir a terapia.
Si alguien falta a una cita sin avisar, no le dejo volver a coger cita conmigo. Punto.
4. Comprométete al menos a 3 sesiones
Un proceso de psicoterapia requiere tiempo.
Se van trabajando temas personales, patrones de conducta y de pensamiento, hábitos y estilo de vida. Los cambios tardan en llegar. No esperes que con una sesión te “desbloqueen” algo profundo del cerebro y te cambien para siempre. Eso solo pasa en las películas, y si alguien te lo promete, te está intentando estafar.
Por eso, comprométete mentalmente a que acudirás a un mínimo de sesiones antes de decidir si continuar o no. Es algo así como no juzgar un libro por su portada o una serie entera por los 10 primeros minutos del primer episodio.
5. Pide “diagnóstico” y estrategia
Se supone que tu psicólogo es un profesional que ha estudiado varios años. Se supone que sabe lo que hace. No dejes que te cuenta milongas sobre que iréis explorando la relación con tus padres y esperar que las cosas surjan de lo profundo del subconsciente a lo largo de las sesiones.
Porque sino, igual te pasas 5 años en terapia sin haber avanzado una m*erda.
La primera sesión siempre se centra en la fase de evaluación: conocerte a ti, tu caso, lo que te pasa, tu motivo principal de consulta, principales dificultades al intentar resolverlo por ti misma, etc.
Al final de esa sesión de evaluación, aunque aún no cuente con toda la información, tu psicólogo debe ser capaz de hacerte una “devolución”: explicarte cómo ha entendido tu problema, y cuál va a ser la estrategia general (a grandes rasgos) que váis a seguir a lo largo de las siguientes sesiones.
Ir a terapia no consiste en sentarse a hablar y ya está, es para entender mejor lo que nos pasa, organizar nuestros pensamientos y planificar formas en que vamos a hacer cambios. Plantear objetivos. Hacer un plan, y ejecutarlo. Estrategia. Eso es la psicoterapia.
— Ψ Luis Miguel Real 🧠 Psicólogo (@LuisMiguelReal4) May 19, 2022
Por supuesto, no se puede saber todo en la primera sesión, irán surgiendo cosas después, pero tu psicólogo ha estudiado un montón de años para tener un mínimo entendimiento sobre, por ejemplo, problemas de ansiedad. Entonces, después de hablar durante casi una hora, debe de ser capaz de darte una visión general de lo que trabajaréis.
Probablemente no sabrá cuántas sesiones en total váis a necesitar (¿quién sabe eso?), pero probablemente pueda darte una idea aproximada. Hay asuntos que ni de coña tardan más de 10 sesiones (sino, tu psicólogo es bastante poco experimentado :P).
6. No esperes que te lean la mente
Sé sincera, pon toda la carne en el asador. No esperes que tu psicólogo “deduzca” o “adivine” las cosas. Si no se las cuentas tú, no tiene porqué saberlas.
A pesar de lo que vieras en tal o cual película, los psicólogos no somos mejores que el resto de personas al adivinar si nos están mintiendo u ocultando información. El éxito de la terapia depende de lo que tú aportes como paciente.
Ir al psicólogo y no contarle las cosas es como intentar hacer una ensalada solo con lechuga y guardándote el resto de ingredientes. Le falta mucho sabor 🙂
O como ir al médico y no contarle dónde te duele (aunque los psicólogos no llevan bata blanca como los médicos).
7. Haz los deberes
Las sesiones de terapia son solo una pequeña parte del proceso de psicoterapia. Se supone que las sesiones están ahí para evaluar cómo están yendo las cosas y planificar los siguientes objetivos y estrategias.
Es habitual que los psicólogos manden “tareas” para casa. Estas tareas pueden ser variadísimas, depende del asunto que estéis trabajando, de tus necesidades terapéuticas y la creatividad y estilo de tu psicólogo.
Puede pedirte que escribas sobre un tema, que observes tu comportamiento en ciertas áreas y tomes apuntes (por ejemplo, cuántos cigarros fumas al día y en qué momentos), que hagas algún experimento (aplicar una técnica nueva en algún entorno o situación que normalmente te da ansiedad), que leas algo, etc.
Por supuesto, los psicólogos también nos equivocamos, y puede que alguna tarea no siempre sea la más indicada ni funcione como esperábamos. Tú haz todo lo que puedas, inténtalo, y si no entiendes algo de la tarea, pregunta, que para eso tienes boca.
Pero no pongas excusas como que estabas muy ocupada esta semana. Seria como ir a hacerte unos análisis de sangre y decirles que te acabas de comer un bocadillo de lomo en lugar de ir en ayunas como te pidieron. Pon de tu parte para sacarle el mejor partido a la terapia.
8. No preguntes detalles personales
A la sesión venís a hablar de ti, no de tu psicólogo.
Es natural que sientas cierta curiosidad por su vida (es raro pasar tanto tiempo hablando con alguien y que la relación siempre sea “unidireccional”). Igual te cuenta algo de manera espontánea, porque le surje o le apetece. Pero no le preguntes cosas privadas.
Tampoco le preguntes si ha tenido el mismo problema que tú, eso está totalmente fuera de lugar. Estarías menospreciando su figura de psicólogo, implicando que solo puede ayudarte si ha pasado por los mismos problemas que tú, y no porque es un profesional que se ha pasado años estudiando y practicando cómo resolver ciertos problemas conductuales.
Simplemente, no es asunto tuyo. Habéis venido a trabajar tu historia, así que céntrate en eso.
9. No hagas comentarios sobre su edad o apariencia
Si tu psicólogo es visiblemente más joven o más mayor que tú, ahórrate comentarios sobre ello. Sobran, no aportan nada, solo entorpecen el proceso.
Y en la misma línea que el punto anterior, al hacer comentarios sobre su edad estás implicando que no crees que pueda ayudarte por tener más o menos edad que tú, y no por sus estudios y experiencia profesional.
10. No esperes milagros
Como te decía más arriba, los psicólogos no somos magos. No podemos resolver todos los problemas del mundo, ni tampoco tan deprisa como a todos nos gustaría. Ten paciencia, céntrate en poner de tu parte y hacer las tareas.
Después de 4 o 5 sesiones, sería RARO que no notases algún tipo de mejoría, algo. Si pasan varias sesiones sin que avancéis, también puedes decírselo, para que lo tenga en cuenta y piense si hace falta reconducir la estrategia.
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