
En momentos así, podrías preguntarte: ¿Cómo hago para relajarme y no pensar en nada? Si te sientes identificado con esta situación, estás en el lugar correcto.
Aquí, revelaré técnicas y estrategias para calmar tu mente, aliviar tu estrés y encontrar la serenidad que tanto anhelas.
Es difícil olvidarse de las tensiones y presiones cotidianas que nos depara la vida. Ya sean las presiones del trabajo, la vida familiar o simplemente el caos general de vivir en un mundo agitado, puede resultar difícil desconectar y darnos un merecido respiro.
Es fácil quedarnos atrapados en espirales de pensamientos negativos y preocupaciones, por lo que es importante dedicar tiempo al autocuidado y dar prioridad a la relajación. En este artículo, veremos algunos consejos y trucos para dejar de lado la rutina y alcanzar un estado de relajación reparadora.
Pero antes de empezar, déjame contarte algo: recomiendo un libro muy especial en algún punto de este artículo, que podría cambiar tu manera de entender el estrés. ¡Así que sigue leyendo!
8 consejos para relajarte y no pensar en nada
1. Respiración: La puerta a la calma interior
Comenzaremos con un aspecto de nuestra vida que todos compartimos, pero que a menudo subestimamos: la respiración.
Ya sabes, eso que haces sin pensar unas 60,000 veces al día. ¿Sabías que controlar conscientemente tu respiración puede ser una poderosa herramienta para relajarte y ayudarte a dejar de pensar? Así es, respirar puede ser tu primer paso para responder la pregunta “¿qué hacer para no pensar en nada?”.
Existen diversas técnicas de respiración, pero una muy efectiva es la respiración diafragmática.
Esta consiste en inhalar lenta y profundamente por la nariz, retener el aire por un par de segundos y luego exhalar lentamente por la boca.
Prueba esto durante unos minutos y sentirás cómo tu mente se desacelera (rápidamente).
2. Meditación: El arte de no hacer nada
Cuando se trata de ayudar a pensar menos, la meditación es la reina.
Pero, ¿qué es meditar? La meditación no es necesariamente acerca de vaciar la mente, sino más bien acerca de convertirte e un observador de tus propios pensamientos. En vez de participar activamente en ellos, te sientas y los dejas pasar, como si fueran coches en una carretera.
La meditación es una práctica antigua que puede ayudar a reducir el estrés y las preocupaciones, a la vez que entrena tu mente para practicar la atención plena. Ayuda a relativizar los patrones de pensamiento negativos, e incluso se sabe que reduce los síntomas de depresión y la ansiedad en algunas personas.
Puedes comenzar con solo 5 minutos al día. Encuentra un lugar tranquilo, cierra tus ojos y simplemente presta atención a tu respiración. Cuando te des cuenta de que te has distraído con un pensamiento, simplemente trae tu atención de vuelta a tu respiración.
La meditación combina perfectamente con la respiración diafragmática, pruébalos.
Por cierto, aunque la meditación mola mucho, no es una panacea que cure todos los problemas de ansiedad. Es más, hay casos en los que es hasta poco recomendable.
Es fácil encontrar la calma en la meditación cuando no tienes miedo de perder tu trabajo o de no poder pagar la hipoteca.
Nuestro estrés depende de nuestras circunstancias, no solo de nuestros pensamientos. pic.twitter.com/cw55KcVhUI
— Luis Miguel Real 🧠 Psicólogo (@LuisMiguelReal4) June 13, 2023
El mindfulness es una forma de meditación en la que te centras completamente en lo que estás experimentando en el momento presente. Esto puede ayudarte a reducir los pensamientos intrusivos y a centrarte en lo que está sucediendo justo aquí y ahora.
Recuerda, la práctica hace al maestro. Estas técnicas pueden no funcionar de inmediato, pero si las practicas regularmente, pueden ser muy efectivas.
Rumiación mental: ¿Cómo controlar los pensamientos obsesivos?
3. Ejercicio físico: El mejor antídoto contra la sobrecarga mental
Si te has preguntado cómo relajarte, el ejercicio puede ser una solución genial.
Ya sea una caminata al aire libre, una sesión de yoga o correr un poco en el parque, mover tu cuerpo ayuda a liberar tensiones y mejora tu estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”.
La evidencia científica lleva años dejando claro que la vida sedentaria multiplica las probabilidades de desarrollar todo tipo de problemas psicológicos, por lo que hacer ejercicio de forma segular es uno de los mejores factores de protección.
Una forma estupenda de relajarse y olvidarse del estrés es hacer ejercicio y actividades al aire libre. El ejercicio es bien conocido por sus efectos positivos sobre la salud mental; reduce los niveles de estrés y aumenta las endorfinas que te ayudan a sentirte feliz.
Salir a correr con un trote ligero o realizar una actividad al aire libre, como una excursión, no sólo te ayudará a desestresarte, sino también a mejorar la concentración y la memoria. Tomar un poco de aire fresco también ayudará a oxigenar el cuerpo, proporcionando una mayor sensación de claridad mental para que las preocupaciones o el estrés no parezcan tan abrumadores.
Hacer ejercicio de forma regular va a hacer más por tu salud mental que la mayoría de psicofármacos que van a intentar venderte.
— Luis Miguel Real 🧠 Psicólogo (@LuisMiguelReal4) June 14, 2023
4. La alimentación como fuente de calma
Lo que comemos también puede influir en cómo nos sentimos.
Los alimentos ricos en magnesio como los frutos secos, las semillas, los plátanos y el chocolate negro pueden ayudar a calmar el sistema nervioso. Además, las infusiones de hierbas como la manzanilla, la melisa o la valeriana pueden tener un efecto calmante.
5. Técnicas de relajación muscular progresiva
Esta es una técnica genial que puedes usar cuando te preguntas “¿cómo dejar de pensar y relajarme?”.
La idea es tensar y luego relajar cada grupo de músculos en tu cuerpo, empezando por los dedos de los pies y trabajando hasta llegar a la cabeza. A medida que liberas la tensión física, la mental también disminuirá.
6. Crear una rutina de sueño saludable
Dormir bien puede ayudarte a mantener una mente tranquila durante el día. Intenta establecer una rutina de sueño regular, vete a dormir siempre a la misma hora más o menos, mantén tu habitación oscura y fresca, y evita mirar el móvil antes de acostarte para promover un sueño de calidad.
Si quieres profundizar más en el tema, léete este otro artículo:
7. Autocuidado y rutinas saludables
Una parte crucial de aprender cómo dejar de pensar y relajarse es el autocuidado. Esto puede incluir una variedad de prácticas, desde comer saludablemente hasta hacer ejercicio, pasando tiempo en la naturaleza, tomar un baño caliente o leer un buen libro.
Encuentra lo que te hace sentir bien y asegúrate de sacar tiempo para ello en tu rutina diaria.
¿Recuerdas el pequeño secreto que mencioné al principio?
Bueno, aquí está: No podemos controlar nuestros pensamientos. Por mucho que lo intentes, tu mente siempre va a lanzar pensamientos a tu consciencia. Y cuanto más te empeñas en no-pensar en algo desagradable o preocupante, más fuerte se hará ese pensamiento.
La verdadera clave para relajarnos es aprender a convivir con nuestros pensamientos y emociones, aunque nos parezcan desagradables.
Te lo explico en mucho más detalle en este libro (cuidado, no es para zenutrios):
8. Tomarse tiempo libre y descansos extra
Tomarse descansos regulares del trabajo o de tareas específicas es otra forma útil de desconectar y relajarse. Permitir que tu mente y tu cuerpo descansen un poco más es vital para recargarte, así que no tengas miedo de tomarte unos minutos para ti a lo largo del día.
Un descanso de calidad puede tener efectos positivos a largo plazo en tu eficacia, memoria y bienestar, así que no tengas miedo de tomarte descansos extra cuando sea necesario.
Piensa que si no cuidas tu salud mental y te torturas sin parar, va a ser imposible que mejores tu productividad 😉
Conclusión
A veces los consejos o actividades más sencillos pueden ayudarte a relajarte y a despejar la mente. Dar un paseo, aunque sea de 10 minutos, puede hacerte sentir más relajado al instante y ayudarte a despejar la cabeza para el resto del día.
Respirar lenta y profundamente puede ser calmante, al igual que las actividades físicas como el yoga o los ejercicios sencillos con el peso del cuerpo. Siéntate tranquilamente y coloca una mano sobre el abdomen y el dedo que quede justo encima del ombligo, sintiendo cómo el estómago sube y baja a medida que respiras.
También puedes probar con la visualización: imaginar lugares tranquilos, o imaginar un aroma o un sonido puede ser calmante y ayudarte a desconectar del estrés del día.
Cuando se trata de relajarse y no pensar, a cada persona le funcionan unas prácticas diferentes. Prueba algunas de las ideas anteriores y experimenta para descubrir cuáles te calman y te hacen sentir más centrado, y pronto te encontrarás desconectando con éxito y disfrutando de la tan necesaria relajación.
Si necesitas ayuda extra, doy muchos más recursos aquí abajo: